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El complot arbóreo / Eloi Yagüe / Microrrelato ganador del Concurso Ciudad de Manises 2023

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Los árboles nos miran, saben dónde estamos, lo saben todo de nosotros pues están ahí desde antes de que naciéramos. Nos tocan con sus ramas, que son como brazos, sus hojas que son dedos; nos miran desde los ojos de sus ramas amputadas para saber si les llevamos vida o dolor. Siempre los hemos subestimado pero nos reencontraremos con ellos cuando volvamos a ser la tierra de donde venimos y sus raíces nos rodeen y aprisionen por toda la eternidad. La ceiba está embarazada. No sé cómo ocurrió. Su barriga crece semana a semana. ¿Cuánto dura la gestación en esta especie? Han pasado ya tres, cuatro meses. Ayer fui a verla y ya no tenía barriga. El árbol que veo a través de mi ventana ayer no estaba aquí. El bosque se ha ido acercando a mi casa un poco más cada vez. Mi cabaña está hecha de viejos troncos que gimen cada noche sin consuelo. El sonido de la brisa pasando entre las hojas es una forma de comunicarse. Sus pares vienen a rescatarlos. Calculo que en breve el bosque habrá cubierto la

CUANDO EL MONSTRUO ES EL PADRE

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  Robert Mitchum como Powell, el falso predicador, en La noche del cazador. En la serie británica Somewhere boy , un niño Danny, pierde a su madre en un crash . Su padre lo encierra en casa y no lo deja salir por dieciocho años. Le hace creer que afuera el mundo está lleno de monstruos. Para hacer creíble el asunto, cada vez que sale el padre se pone un traje de cuero negro y un casco de motorizado y coge una escopeta de dos caños. Es su puesta en escena de su mentira, la forma en que su hijo le crea. Lo que hace el padre es cazar conejos en el monte y se frota la sangre en la cara para que al llegar a casa, el pequeño Danny crea que su padre ha estado luchando contra monstruos. Y vaya si lo cree, para Danny su padre es más que un héroe, es un dios que lo protege de todo mal. Steve lleva mal el aislamiento: se sumerge en profundas depresiones, se echa en la cama y se queda ensimismado hasta que Danny lo saca de su sopor y lo invita a jugar. Entonces juegan, bailan, pintan y ven en vide

Milagros Mata Gil, novelista de la decadencia: “Soy altamente autocrítica”

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  El reciente fallecimiento de esta escritora y periodista venezolana, exponente entre otras cosas de la "novela del petróleo", me motiva a desempolvar, a modo de homenaje, esta entrevista que le hiciera hace muchos años, con motivo de haber ganado el premio "Miguel Otero Silva". Larga vida a la infatigable creadora y defensora de la libertad. ---- Una gran ovación se escuchó en la sala de Conciertos del Ateneo de Caracas cuando los asistentes a la entrega del primer premio bienal de novela Miguel Otero Silva, auspiciado por la editorial Planeta, escucharon el nombre de la ganadora: Milagros Mata Gil.  Y no era para menos: esta decisión viene a consolidar el trabajo de una narradora de la nueva generación que desmiente con su trabajo, al igual que cada uno de los escritores participantes en el premio, la falacia de que Venezuela no es país de novelistas. Con Memorias de una antigua primavera , Milagros Mata Gil se convierte así en la punta de lanza de un ambicioso p

Rafael Cadenas: “Escribir sólo puede ser hoy defender los fueros de la vida, amenazada por el hombre”.

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  Esta conversación que sostuve con el poeta Rafael Cadenas, salió publicada en la revista Clave el 16 de octubre de 1983 con motivo de la publicación de Anotaciones, un lúcido ensayo sobre el lenguaje. Hace cuarenta años, aún no existían las redes sociales  pero el poeta ya tenía conciencia del deterioro de nuestra principal herramienta de comunicación. De igual modo advierte sobre el international style que con la excusa de la globalización promueve una forma de escritura neutra, aséptica, incolora inodora e insípida. Algunos escritores latinoamericanos caen en esa trampa al considerar las particularidades lingüísticas como un lastre y no como un aporte de la diversidad cultural. Esta reflexión es clave hoy, día del Libro y del Idioma, cuando nuestro querido poeta recibe el merecido premio Cervantes. En 1983 publica un lúcido ensayo titulado Anotaciones, uno de varios en los que reflexiona sobre la palabra. Pero en estas anotaciones hay exiguo espacio para lo lúdico porque su a

Después de Panza de burro

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  Lo importante de esta novela no es la trama. Lo afirmo y siento alivio. No tengo que describir argumentos enrevesados, estructuras complejas con muchas relaciones causa-efecto, monólogos interiores, etc. Bueno, sí hay trama y es muy simple: la loca y apasionada historia de amor de dos chicas preadolescentes. Ya está, lo demás es lenguaje. Lenguaje, sí, palabras desmedidas, demolidas y vueltas a reconstruir, un viraje de la imaginación que se cuenta a sí misma. A ver, Panza de burro pudiera transcurrir en cualquier parte del mundo pero transcurre en Canarias. De entrada está escrita en canario. Yo me había propuesto no usar el diccionario hasta que llegué a la palabra tagasaste y me pudo la curiosidad. Entonces descubrí que hay un diccionario de canarismos y hasta una academia canaria de la lengua (¡Zape gato!) Menos mal que la editora de Barret, Sabina Urraca, no cedió a la tentación de incluir un glosario (recuerdo que la primera edición de Doña Bárbara sí que lo tenía). Y es que

El ensayo goza de buena salud

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Una reivindicación del ensayo como género argumentativo, pero también como “pensamiento poetizado”, tuvo lugar en la Nau, espacio de la Universidad de Valencia, este lunes 13 de febrero de 2023, en el foro titulado “Pensar desde el ensayo”.  Organizado por la editorial Contrabando, el foro contó con la moderación de Jesús García Cívico, profesor de Filosofía del Derecho de la Universitat Jaume I y director de la serie gris (ensayo) de esta editorial, y cuatro de sus autores recientemente publicados.  Recordando al destacado escritor Eugenio D’Ors, García Cívico se refirió al ensayo como “pensamiento poetizado”; y, citando al filósofo Peter Sloterdijk, destacó la vigencia del ensayo en tiempos en que “la razón es asaltada por el utilitarismo de los productos culturales”, reivindicándolo como una forma plenamente vigente para abordar los problemas de hoy.  Ana Valero es profesora de derecho constitucional de la Universidad de Castilla-La Mancha, y coautora del libro Ficciones las justa

Una novela "trepidante"

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Marcel Proust Cada vez que escucho “la fulana novela es trepidante”, tiemblo; oh sí, cómo tiemblo. Trepidar es “temblar, vibrar o estremecerse [una cosa] con movimientos breves y rápidos. Los edificios trepidan cada vez que un tren subterráneo pasa bajo sus cimientos”. Mientras que trepidante es: “Que se desarrolla de forma muy rápida, movida y emocionante: Su última película tiene un ritmo trepidante”. Fíjense que la RAE pone como ejemplo de trepidante una película. Por eso llama la atención que algunas personas busquen en una novela lo que ofrece el cine o las series de acción. Hay quien considera que una novela debe ser trepidante, que así es como debe ser una novela. Pero escribir una novela trepidante es muy fácil, basta con tener un ataque de hipo para redactar párrafos cortos o escribir como si manejaras un martillo neumático. ¿Es un valor agregado que una novela sea trepidante? ¿Hace falta que lo sea? ¿Es un requisito sine qua non? Pues no, una novela no tiene por qué ser trepi